EL ABISMO EN EL SENTIDO
No se trata, pues, de transformar el abismo (interior y exterior) del tiempo originario en calculada distancia a recorrer, aunque el aplazamiento de la meta sea indefinido y no proceda sino por vanas aproximaciones. Se trata de liberar el abismo como lo que efectivamente hace posible al sentido en su auténtica soberanía ontológica. El impulso griego hacia el origen no puede detenerse en el aplazamiento metafísico del contra-tiempo urdido por la represión; debe retroceder, en cambio, más acá de toda vana fantasía de trascendencia, más acá del mito de la expiación a que nuestra aparición se hallaría condenada tras su infortunada caída desde la modélica altura paterna; debe retroceder, decimos, desde esas quimeras hasta la auténtica fuente de sentido donde en medio del dolor y la alegría, del asombro y la esperanza, estalla ese primer grito desquiciado como promesa de lo único que somos y habremos de ser.
Fernando
Ojea