No
resisto la pasión de decir al fin quien soy: soy una mano que escribe
aquí, ahora, o unos dedos que atienden el momento de instalar un
cigarrillo en los labios, unos labios quizá o unos pulmones; o un
registro inhábil de cierto olor a humedad o la audición lejana de un
lamento marítimo, soy quizá ese recuerdo de una noche de estío, noche
de amor. ¿Quizá? O soy... soy un instante, un santo y dulce instante
que dispuso un Dios a su solaz, aquella noche de verano perdida entre
recuerdos, pluma en mano, respirando la humedad, fumando y sin poder
resistir esa pasión irrefrenable de decir al fin que soy también
aquella mano, aquellos dedos, aquellos labios...
Eugenio Trías