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EDMOND JABÈS
El libro de los márgenes III
Construir en el día a día
ISBN: 978-84-95897-58-4
Año: 2006
Páginas: 110
Formato: 149 x 220 mm
Precio con IVA: 13 €
Libros del último hombre, 17
Traducción:
Manuel Serrat Crespo
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| EL AUTOR Y SU LIBRO: |
Edmond Jabès murió el 2 de enero de 1991 y no tuvo tiempo de terminar su proyecto: el tercer Libro de los Márgenes:
lo que acaba
tres veces comienza
el libro es tres
Palabras que encuentran eco, tal vez, en una fórmula tomada del primer párrafo de una de las más antiguas obras de la tradición mística judía, el Sefer Yetsira —el libro de la Formación— «Dios ha creado Su mundo con tres libros: el Libro, el libro y el relato».
Edmond Jabès seleccionó una serie de textos en vistas a la publicación de este tercer volumen, catorce, redactados al correr de los días durante sus últimos diez años.
Inquietudes éticas y políticas, reflexiones y lecturas se entretejen. Como los dos primeros Libros de los Márgenes, éste también es «un libro lectura». En tanto que póstuma, esta obra ocupa un lugar singular. Y no obstante, un mismo hilo rojo la recorre. Hilo rojo que brinda a toda la obra de Jabès su coherencia y su continuidad hasta el vértigo.
«¿Pero qué es lo que página a página, ha seguido, aquí, participando de este movimiento: la vida, la muerte, la herida, el deseo, la pregunta, la poesía, la simple curiosidad, la confianza, la esperanza? (...), también el asombro de un encuentro que nada, en un principio, presagiaba: el de lo dicho ya –que no es lo ya dicho– con el infinito del decir».
« Creo que un escritor es responsable incluso de lo que no escribe.
El texto se abre al texto a través de la pregunta que se hace y que nos hace.
Responde —o intenta responder a nuestra espera respondiendo de sí.
La práctica del texto es práctica del ser.
Ahondar en la palabra, es ahondar en uno.
Soy aquel que escribo —que se escribe con las palabras que me escriben.
Soy lenguaje — de la lengua su bagaje—.
Soy la palabra que me expresa expresándose.
Escribir es responder a todas las voces insistentes del pasado y a la de uno mismo; voz profunda, íntima, que interpela al porvenir.
Lo que creo, oigo y siento está en mis textos que lo dicen —sin llegar, en ocasiones, a decirlo del todo —.
¿Pero qué no decimos del todo en lo que decimos? ¿Lo que intentamos callar, lo que no podemos o no queremos decir o bien, precisamente, lo que queremos decir y que todo lo que decimos disimula, diciéndolo de otro modo?
De ese no-dicho somos gravemente responsables. »
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